

Montajista de no ficción y realizadora documental. Egresada de la Universidad de Chile en el año 2011, realiza su debut como directora con el cortometraje autobiográfico “Médula” el año 2013 en el Festival Internacional de Cine Documental de Amsterdam (IDFA).
Guionista, cineasta, artista visual chilena y docente. “Locos del Alma” (2003), su primer largometraje obtuvo Mención Especial del Jurado en FIDOCS y fue seleccionado en Crètiel Film Femme Festival, Francia (2005),entre otros.
Nace en Coyhaique, es Gestor Cultural y Productor Artístico. Desde el año 2009 al 2018 es Productor General del Festival de Cine de la Patagonia Aysén y de diversos proyectos de itinerancia y exhibición cinematográfica, como el proyecto MIRADOC.
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La décima versión del Festival de Cine de la Patagonia Aysén nos encuentra en un año en que aún intentamos trasponer la dura valla de una pandemia que ha cambiado nuestras vidas.
El cine, por definición un espacio destinado al encuentro de sus espectadores, se ha visto obviamente afectado por la imposibilidad de reunirse a compartir la experiencia de la comunidad que se da cita frente a la pantalla grande.
Este festival se crea en 2009 con el fin de ofrecer la posibilidad de ver películas y con el sueño que las propias historias de Aysén tengan cabida y un lugar para ser vistas y dadas a conocer aún más.
Tras 10 años de festival, nos damos cuenta de la importancia de sostener este espacio de visibilidad y encuentro.
En estos 10 años el festival ha sido testigo de la historia reciente de Aysén. De la amenaza de megaproyectos, de la resistencia y valor de sus comunidades, de las recientes reflexiones acerca de su futuro, su identidad y su propia memoria. También de la fuerza creativa de las y los habitantes de esta parte del continente.
10 años de películas es un lugar para re encontrar las historias que nos han motivado y alentado en estos años, manteniéndonos reunidos frente al proyector. Tras estos años, el equipo ha sufrido cambios, entradas y salidas, pero sobre todo renovado en su deseo de sostener la mirada y comprendernos como habitantes de Aysén, de Chile y la Patagonia, territorios de cine e historias.
Reencontramos aquel fuego extraviado, como un renuevo en medio del denso follaje del bosque, capaz de renacer desde los fragmentos de la propia historia construida, de la que por cierto hemos aprendido y a la que seguimos regresando, como la primera vez.